Quinto día: Humildad

San Expedito bríndame un corazón humilde como el tuyo porque necesito aprender a ser humilde de corazón.

Transforma mi soberbia en humildad que se exprese en mis actos diarios.

Hoy me acerco humildemente a ti para pedirte que me ayudes ante las cosas que no puedo cambiar, para que de alguna manera se modifiquen y se exterioricen en mí.

Confío en que tú me enseñarás como hacerlo.

San Expedito, valiente defensor de la Iglesia de Cristo, ruega por nosotros que recurrimos a ti.